Si Internet es el motor que mueve el mundo actual, no cabe duda de que las redes sociales en general son esos pequeños automóviles que transportan a cualquier lugar lo que pasa en la otra parte del mundo. La sociedad vive inmersa en la era del aquí y el ahora, donde llegar tarde no está permitido, sino que hay que prever movimientos y adelantarse a las tendencias y tecnologías para ser el primero en todo, ya sea a nivel personal o profesional.
En un mundo tan polarizado y con un abanico tan amplio de oportunidades y opciones, dejarse llevar y fluir solo sirve para elegir qué hacer el viernes por la noche con los amigos o dónde ir a comer el domingo por la mañana antes de volver a la rutina. El azar y la fortuna se dejan para los amantes de las slots y los casinos, aunque también es necesario tener una estrategia como en el mundo digital, donde el éxito empresarial siempre va precedido de una planificación y organización exhaustiva.
A veces, se tiende a pensar en las redes sociales como esa aplicación donde pasar horas y horas haciendo scroll sin ningún objetivo claro, más allá de divertirse viendo los stories y publicaciones de otras personas. Sin embargo, las redes sociales son mucho más, porque con una buena gestión pueden ayudar a monetizar el contenido publicado.
Si se mira al pasado con ojos críticos, se ve que el auge de las redes sociales es más reciente de lo que parece. Es cierto que, desde los años 2000 siempre ha habido alguna red social que permitía comunicarse con amigos, familiares y compañeros de una manera fluida y desenfadada, como el mítico Messenger. ¿Quién no ha recibido un zumbido por estar demasiado tiempo ausente?
No obstante, el crecimiento real se ha dado en los últimos cinco años, donde Instagram, TikTok, Snapchat, el antiguo Twitter, ahora X y Facebook son los grandes iconos de la pantalla principal de cualquier teléfono móvil. No tener un usuario en estas aplicaciones es casi como vivir en otra época donde la gente se comunicaba casi con señales de humo.
Además de usar Instagram a nivel personal y compartir fotos y vivencias, cada vez son más las personas que aprenden la estrategia en redes sociales para optimizar su contenido. No se trata de que todas las cuentas tengan que tener un fin empresarial, pero hoy en día, casi todas las empresas están presentes en las redes. Al fin y al cabo, es la forma más directa de conectar con la audiencia en un contexto tranquilo y relajado, permitiendo acercar sus productos o servicios a un público más amplio.
La importancia del calendario de contenidos
Una vez se ha hecho un análisis de campo y se ha elegido el tema principal de la cuenta y cómo se quiere trabajar en las diferentes redes sociales, lo más importante es crear un calendario de contenidos adaptado a las necesidades del cliente, empresa o usuario, y también a la demanda de cada red social en particular. No es lo mismo publicar en TikTok que en Instagram, que requiere una dedicación mayor porque el volumen de publicaciones es más alto.
Cómo crear un calendario de contenido
Hay que establecer un objetivo a corto, medio y largo plazo analizando la competencia y viendo cómo tu cuenta puede diferenciarse del resto. Una vez completada esta parte, hay que definir el estilo del contenido, en qué se inspira y qué mensaje quiere hacer llegar al receptor. Por supuesto, hay que ser creativo, el texto es útil, pero debe ir acompañado de un contenido visual atractivo.
Volumen de publicaciones
Este es el paso más importante. No es suficiente con publicar contenido, hay que analizar la audiencia y lo ideal es establecer unos días de publicación para cada red social. Así se genera en el usuario el deseo de obtener más información, pero sabe que debe esperar hasta el día en cuestión. Una manera de mantener enganchado al usuario de manera realista y conseguir más seguidores en TikTok, por ejemplo.