Una alimentación adecuada antes de una competencia puede marcar la diferencia entre un buen desempeño y una experiencia desgastante. Los atletas no solo entrenan sus cuerpos, también deben preparar su sistema digestivo y energético para responder en momentos críticos.
Saber qué comer, cuándo hacerlo y en qué cantidades es tan importante como el entrenamiento físico o la estrategia mental. Dentro de la NUTRICION DEPORTIVA, hay principios claves que ayudan a optimizar el rendimiento de cualquier deportista.
Una comida previa a la competencia debe enfocarse en proporcionar energía sostenida, minimizar el riesgo de molestias gastrointestinales y mantener un estado de hidratación adecuado.
Generalmente, esta comida debe realizarse entre 2 a 4 horas antes de la competencia e incluir carbohidratos de fácil digestión, una cantidad moderada de proteínas y muy poca grasa o fibra.
Además, es fundamental evitar probar alimentos nuevos el día de la competencia, ya que cualquier cambio en la rutina alimentaria puede causar malestar o afectar la concentración.
Alimentos recomendados antes de competir
No se trata de improvisar, sino de establecer una rutina que el cuerpo reconozca. Algunos alimentos recomendados para antes de competir son:
Pan integral con mermelada o miel
Avena con frutas
Yogur bajo en grasa
Pasta con vegetales suaves
Plátanos o frutas que no irriten el estómago
Estos alimentos permiten una liberación gradual de energía, evitando los picos de insulina y la pérdida repentina de energía durante la actividad física. Evitar alimentos ricos en grasa o picantes es clave para prevenir malestares.
Una estrategia complementaria puede ser consumir un pequeño snack rico en carbohidratos simples entre 30 a 60 minutos antes de competir, como una barra energética o una pieza de fruta, siempre y cuando se haya probado previamente durante los entrenamientos.
Hidratación, el componente olvidado
No se puede hablar de nutrición sin incluir el agua. La deshidratación puede disminuir el rendimiento atlético hasta en un 20%, afectar la concentración y aumentar el riesgo de lesiones.
Es ideal que los atletas empiecen a hidratarse desde el día anterior, consumiendo líquidos claros y evitando bebidas con cafeína o alcohol. Un par de horas antes del evento, se recomienda ingerir entre 400 y 600 ml de agua o bebidas isotónicas.
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El rol de los suplementos
Aunque la base debe ser siempre una dieta equilibrada, algunos deportistas se apoyan en suplementos como geles energéticos, bebidas con electrolitos o cafeína en dosis controladas. Su uso debe estar supervisado por un especialista en nutrición deportiva para evitar riesgos y asegurar su efectividad.
No todos los suplementos funcionan igual para todas las personas, por lo que deben probarse en los entrenamientos para asegurarse de que no generen efectos adversos.
Planificación y ensayo: la clave del éxito
Cada cuerpo es distinto, y lo que funciona para uno puede ser un desastre para otro. Por eso, los expertos recomiendan practicar la rutina de alimentación antes de competencias menores para encontrar la combinación ideal.
Planificar con anticipación también reduce el estrés previo al evento y permite enfocarse completamente en el desempeño. Tener un diario alimentario donde se registren los alimentos consumidos, la hora y los efectos percibidos puede ser una herramienta muy útil para ajustar la estrategia nutricional.
Formarse en nutrición deportiva
Para quienes buscan aprender más sobre este campo, existen programas especializados que ofrecen formación profesional accesible. Comprender cómo responde el cuerpo ante distintas demandas y cómo adaptar la dieta a objetivos específicos puede ser único para atletas, entrenadores y aficionados del deporte.
Además, formarse en esta área permite tomar decisiones más informadas y seguras en torno a la alimentación y el uso de suplementos.
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